DOCUMENTO INFORMATIVO SOBRE LOS PLANES LOCALES DE SALUD:

PLAN LOCALES.pdf (3414626)

 

DIANÓSTICO DE SALUD DEL MUNICIPIO DE BELMEZ:

DIANOSTICO DE SALUD DE BELMEZ.pdf (2357864)

 

IV PLAN ANDALUZ DE SALUD:

PLAN ANDALUZ DE SALUD.pdf (1802106)

 

DOCUMENTACIÓN DE INTERES:

 
 
ESTE DOCUMENTO APORTA INFORMACÓN SOBRE LA ACTIVIDAD FISICA Y SALUD PARA PADRES
 
 
 
 
 
PREVENCION DE LA OBESIADAD INFANTIL
 

Aunque hay algunos casos en el que la obesidad está provocada por factores metabólicos genéticos, heredados de los padres y madres, en la mayoría de los casos el exceso de peso de los niños y niñas está relacionado con los estilos de vida y, en concreto, con los hábitos de nutrición y de actividad física. 

El mantenimiento del peso corporal surge del equilibrio entre las energías ingeridas (alimentación) y las consumidas en las actividades cotidianas (actividad física). En esa lógica, la obesidad es consecuencia de una ingesta de energías superior a la que los niños y niñas utilizan a lo largo del día en sus distintas actividades escolares, familiares y de ocio y juego.

En los últimos veinte años se han producido dos cambios simultáneos en nuestro estilo de vida que explican en gran parte este aumento de la obesidad: por un lado, consumimos cada vez más alimentos que tienen un alto valor energético y, al mismo tiempo, a lo largo del día nos movemos menos que antes y en consecuencia gastamos menos energía. En resumen, nuestros niños y niñas comen peor, con alimentos que nos aportan más energía, y se mueven menos, lo que hace que el exceso de energía se vaya acumulando en forma de grasa corporal.

 

 
¿QUE CONSECUENCIAS TIENE EN LA SALUD DE LOS NIÑOS?
 
 

La obesidad infantil tiene consecuencias inmediatas y futuras en la salud de los más pequeños. En lo inmediato, los niños y niñas obesos pueden padecer dos tipos de consecuencias:

  • Psicosociales, como aislamiento social, discriminación, pérdida de autoestima y trastornos de la alimentación que provoquen bulimia o anorexia.
  • Físicas, como alteraciones ortopédicas y molestias respiratorias.

A más largo plazo, los niños y niñas obesos están incrementando los riesgos de padecer en la adultez o la vejez una larga lista de patologías, entre las que se encuentran:

  • Hipertensión;
  • Diabetes;
  • Enfermedades cardiovasculares;
  • Algunos tipos de cáncer
  • Problemas en las articulaciones, y;
  • Enfermedades degenerativas, como el Alzheimer.

La OMS estima que tres de cada cuatro niños que son obesos entre los 10 y los 12 años también lo serán cuando sean adultos. Los niños obesos del presente son, con una alta probabilidad, los enfermos del futuro.

 

¿QUE HABITOS INFLUYEN EN EL DESARROLLO DE LA OBESIDAD? 

 

En la vida cotidiana de los niños y niñas españoles encontramos una larga lista de hábitos que explican el aumento de la obesidad. 

En materia de alimentación, podemos enumerar:

  • Consumo elevado de alimentos de alto contenido energético (bollería industrial, hamburguesas, pizzas, patatas fritas, refrescos azucarados y productos precocidos con alto contenido de grasas).
  • Ingesta insuficiente de verduras, frutas y pescado.
  • Pérdida del hábito de desayunar.
  • Dieta desordenada, con mucho “picoteo” entre horas, por lo general de productos con alto contenido energético.

En cuanto a la actividad física, se evidencia una pérdida progresiva de la práctica de actividad física en la infancia y la adolescencia, que se manifiesta en:

  • Menos en las horas dedicadas a hacer ejercicio o a practicar algún deporte.
  • Pérdida de hábitos de juego dinámico al aire libre.
  • Uso del vehículo familiar para el desplazamiento a las distintas actividades, en lugar de caminar o utilizar la bicicleta.
  • Más horas dedicadas a actividades sedentarias, como ver televisión o jugar con la consola y el ordenador
 
 
 
¿QUE PUEDE HACER LA FAMILA?
 
 
El principal consejo para la familia, especialmente para los padres y las madres, es predicar con el ejemplo. Nuestros hijos e hijas nos tienen como una referencia, y la mayoría de las veces no hacen más que repetir nuestras costumbres y hábitos. 

Esto quiere decir que si nosotros adoptamos hábitos saludables, como alimentarnos de forma equilibrada y realizar actividad física con regularidad, es altamente probable que nuestros hijos e hijas también incorporen esas costumbres en su día a día.
 
 
 
 
CONSEJOS PARA PREVENIR LA OBESIDAD INFANTIL
 
 

Aunque las estadísticas no son alentadoras, tenemos una buena noticia: salvo los determinantes genéticos, todos los demás factores que originan la obesidad infantil son modificables porque se relacionan con hábitos que hemos adquirido y que, si nos lo proponemos, podemos cambiar. 

Es indispensable que la familia se involucre activamente en el cuidado de la salud de los más pequeños, fomentado la adopción de hábitos saludables en materia de alimentación y actividad física.

  • Comer en familia, para acompañar a nuestros hijos en la adopción de hábitos de alimentación saludables. Es muy importante tener una dieta equilibrada y ordenada, repartida en cinco comidas al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.
  • Desayunar fuerte es imprescindible. Un buen desayuno incluye beber leche, zumo de fruta, té o café; comer pan o galletas, cereales, fruta, yogur, fiambre, queso, y de vez en cuando, una magdalena o un bollo, aunque es preferible evitar los dulces en esta comida.
  • Una dieta variada es clave para mantener un peso corporal adecuado. La dieta debe estar compuesta por muchos vegetales (verduras, frutas, legumbres, pan, cereales), menos productos animales (carne, pollo, pescado, huevo, queso, leche) y pocas grasas y aceites.
  • El agua es vida. Es importante acostumbrar a nuestros hijos a tomar agua en las comidas en lugar de bebidas gaseosas, que tienen muchas calorías y además suelen provocar dolores abdominales.
  • Moverse es salud. Nadie dice que los niños y las niñas no puedan mirar televisión o jugar en el ordenador, pero es muy importante que realicen actividad física con regularidad. La práctica deportiva es una buena alternativa siempre que no sea con fines competitivos, no sólo por sus efectos beneficiosos sobre la salud sino porque es fundamental para la socialización de los niños y niñas.